a política local revela su fragilidad cuando un solo actor decide acumular influencia sin límites y despreciar el clima social de Morelos. Ese es el caso de Rafael Reyes Reyes, cuya figura quedó expuesta tras testimonios que lo retratan como un dirigente que presume gobernar el estado mientras convive públicamente con la gobernadora Margarita González Saravia para enviar una imagen de unidad. Esta contradicción acentúa la desconfianza ciudadana en un estado mexicano donde los equilibrios institucionales se muestran cada vez más vulnerables.
La columna denuncia que Reyes presume entre tragos de whisky que él tiene el control real del Congreso y del rumbo estatal, mientras en privado desacredita a quienes lo rodean. Además, su relación con el presidente de la Mesa Directiva, Isaac Pimentel, aparece como un eje clave para impulsar un aumento presupuestal de 663 a 802 millones de pesos. Este incremento del 20 por ciento exhibe prioridades cuestionables, pues se pide en un contexto donde Morelos enfrenta rezagos en seguridad, infraestructura y apoyo social.
Rafael Reyes y el control político dentro del Congreso
El poder interno que sostiene Reyes se alimenta de presiones, promesas de reelección y ofertas de candidaturas dirigidas a los integrantes del bloque G12. También se señala violencia política y menosprecio hacia diputadas de Morena y Movimiento Ciudadano, lo que abre la posibilidad de una disidencia que desestabilizaría el equilibrio interno.
Por otro lado, la trayectoria del diputado como expresidente municipal de Jiutepec deja más dudas que avances. La ausencia de obras relevantes y los señalamientos sobre presunto saqueo contrastan con su intento de controlar el presupuesto 2026 y la elección de nuevas magistraturas del Tribunal de Justicia Administrativa. Del mismo modo, su reciente conferencia de prensa con preguntas filtradas muestra un intento de sostener un relato que no resiste al escrutinio público.
La tensión política crece mientras algunos legisladores se alejan de su influencia. En consecuencia, la insistencia de Rafael Reyes Reyes en expandir su control anuncia nuevos conflictos que podrían profundizar la crisis interna del Congreso morelense, especialmente al acercarse decisiones clave que marcarán el rumbo institucional del estado.