El alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, causó polémica al aconsejar a la gente “agacharse y protegerse” durante una balacera. Su comentario, hecho en una entrevista reciente, fue interpretado como señal del clima de violencia que afecta a la ciudad.
El edil explicó que la recomendación busca reducir el riesgo de víctimas. Señaló que ante una situación de este tipo lo más prudente es mantener la calma, cubrirse y evitar movimientos bruscos. “Muchas personas resultan lesionadas al intentar correr sin precaución”, expresó.
Críticas y debate por la estrategia de seguridad en Cuernavaca
Las declaraciones del alcalde despertaron inconformidad entre habitantes y especialistas en seguridad pública. Algunos consideraron que el mensaje transmite resignación ante la violencia, mientras que otros lo vieron como una medida preventiva útil, aunque insuficiente frente al contexto de inseguridad que se vive en la capital morelense.
Colectivos ciudadanos y asociaciones vecinales insistieron en que el problema no puede reducirse a una recomendación individual, sino que requiere un plan integral que fortalezca la presencia policial, la investigación de delitos y la coordinación con el gobierno estatal.
En respuesta, el Ayuntamiento aclaró que la sugerencia del edil no sustituye las estrategias de prevención. Afirmó que se mantienen operativos en zonas conflictivas y patrullajes en coordinación con la Guardia Nacional y la Comisión Estatal de Seguridad. El municipio reiteró que su objetivo es proteger a la población y pidió a los habitantes reportar cualquier hecho sospechoso.

La percepción ciudadana y el desafío institucional
Pese a los esfuerzos comunicados por el gobierno municipal, la percepción de inseguridad continúa en aumento. Datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indican que más del 80 % de los cuernavacenses considera que vivir en la ciudad es inseguro. Esta sensación se ha intensificado por los constantes enfrentamientos armados y los delitos de alto impacto registrados en distintos puntos del municipio.
Expertos consultados por medios locales señalaron que la falta de resultados concretos y la limitada capacidad de reacción ante emergencias han debilitado la confianza ciudadana. Propusieron incrementar la capacitación de los cuerpos de seguridad y mejorar los tiempos de respuesta ante incidentes violentos.
La controversia evidenció el reto que enfrenta Cuernavaca: reconstruir el vínculo entre autoridad y comunidad, fortalecer las estrategias de prevención y recuperar la tranquilidad que durante años caracterizó a la capital morelense.
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