La conversación sobre el bienestar en México vuelve a mostrar un contraste que inquieta, porque detrás de cada cifra hay vidas que enfrentan realidades muy distintas según su acceso a servicios médicos. El país refleja un avance desigual en materia de salud, marcado por una esperanza de vida que permanece por debajo del promedio internacional y por un sistema que no alcanza a cubrir a toda la población.
A pesar de avances en ciertos factores de riesgo, el informe más reciente de la OCDE retrata un escenario complejo. Además, la brecha entre lo que México ofrece y lo que sus habitantes necesitan crece en temas clave como atención preventiva, inversión pública y disponibilidad de personal médico.
Esperanza de vida y atención desigual
México registra una esperanza de vida de 75.5 años, casi seis años menos que la media de los países de la OCDE. También cuenta con una cobertura efectiva que apenas alcanza al 78 por ciento de la población, lo que incrementa las desigualdades territoriales. En consecuencia, la mortalidad prevenible llega a 243 casos por cada 100 mil habitantes, muy por encima del promedio de 145.
La mortalidad tratable muestra una tendencia similar, con 175 casos por cada 100 mil habitantes frente a los 77 que reporta la organización.
Por otro lado, la satisfacción con la calidad de la atención médica alcanza solo 56 por ciento, frente al 64 por ciento de la OCDE. Además, México registra 2.7 médicos por cada mil habitantes y 3 enfermeras en la misma proporción, muy lejos de los promedios de 3.9 y 9.2.
Factores de riesgo y rezagos persistentes
El país muestra avances importantes en reducción del tabaquismo, con una prevalencia de 8.5 por ciento, y un consumo de alcohol menor al de la mayoría de los países miembros. Sin embargo, persisten rezagos graves en vacunación infantil, que solo alcanza 78 por ciento frente al 93 por ciento del promedio.
En cáncer de mama, apenas el 20 por ciento de las mujeres accedió a exámenes preventivos, comparado con el 55 por ciento del resto de los países de la organización. México gasta 5.9 por ciento de su PIB en salud, muy por debajo del 9.3 por ciento de la OCDE, y destina solo 1,588 dólares per cápita, mientras la media asciende a 5,967.