La noche del sábado, un ataque armado interrumpió la celebración del Día de Muertos en Uruapan, Michoacán, dejando sin vida al alcalde Carlos Manzo. El atentado ocurrió en plena plaza principal, mientras se desarrollaban actividades culturales con decenas de asistentes.
De acuerdo con las autoridades, un grupo armado abrió fuego contra el mandatario municipal, provocando caos entre los presentes. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informó que dos presuntos responsables fueron detenidos y uno más murió en el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Violencia que no cede en Michoacán
El estado de Michoacán continúa siendo una de las regiones más golpeadas por la violencia relacionada con el crimen organizado. Durante años, los enfrentamientos entre grupos criminales han afectado a municipios enteros, especialmente en zonas agrícolas y urbanas como Uruapan.
El gobernador Alfredo Bedolla condenó el ataque y aseguró que las instituciones estatales y federales trabajan en coordinación para esclarecer los hechos. “Condenamos enérgicamente el cobarde atentado en el que perdió la vida el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Dos personas ya fueron detenidas y una más abatida”, expresó a través de la red social X.
Carlos Manzo: Una vida pública marcada por la denuncia
Carlos Manzo asumió la presidencia municipal en septiembre de 2024. Su gestión se caracterizó por insistir en la urgencia de atender la crisis de inseguridad que afecta a Michoacán. En un video difundido en junio, se le veía patrullando junto a fuerzas locales mientras pedía al gobierno federal reforzar la presencia de seguridad en la región.
Su muerte ocurre pocos días después del asesinato de Bernardo Bravo, líder agrícola de Michoacán que también denunció la violencia que afecta al campo. Ambos casos se suman a una creciente lista de asesinatos de políticos y líderes sociales que han alzado la voz contra el poder del crimen organizado en México.
Estos hechos, junto con el reciente homicidio del alcalde Miguel Bahena en Hidalgo y de otros funcionarios locales en el sur del país, confirman un patrón alarmante de ataques a las autoridades municipales.