La noche del martes, las lluvias intensas volvieron a poner en evidencia la vulnerabilidad del territorio morelense. Varias zonas de Cuernavaca y municipios vecinos permanecen en alerta por la crecida de ríos y barrancas que amenazan con desbordarse, afectando viviendas, vialidades y servicios básicos.
Las colonias Ciudad Chapultepec, Mártires de Río Blanco, Milpillas y Flores Magón reportaron inundaciones en al menos siete casas, además de caída de árboles en Vista Hermosa, Santa Marta y Papagayos. Calles emblemáticas como Plan de Ayala, Río Mayo y boulevard del Lago quedaron parcialmente anegadas, interrumpiendo el tránsito y evidenciando la falta de drenaje pluvial eficiente.
Riesgo estructural y resiliencia social en Morelos
La Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca, en coordinación con Protección Civil estatal, desplegó brigadas para atender reportes de inundaciones y obstrucciones. En Yautepec, las barrancas alcanzaron su máxima capacidad, motivo por el cual las autoridades locales pidieron a la población mantenerse alerta ante cualquier posible desbordamiento.
Estas lluvias se suman a los episodios registrados en agosto y septiembre, cuando más de una decena de municipios sufrió afectaciones por azolves, derrumbes y corrientes súbitas. La recurrencia de estos fenómenos subraya una urgencia: el cambio climático está intensificando las lluvias y la infraestructura no se ha adaptado al nuevo ritmo del agua.
La topografía de Morelos, marcada por barrancas profundas y cauces naturales, multiplica el riesgo de inundaciones relámpago. De igual manera, la expansión urbana sin planeación agrava el problema al reducir zonas de absorción y aumentar la exposición de familias que habitan cerca de los ríos. En consecuencia, la prevención no debe limitarse a la emergencia; exige políticas sostenibles y participación comunitaria para construir una resiliencia real.
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En un estado como Morelos, donde la naturaleza y la vida urbana coexisten en equilibrio precario, cada lluvia intensa recuerda que la seguridad depende tanto de la infraestructura como de la solidaridad. La vigilancia hidráulica permanente y la educación ambiental se vuelven herramientas indispensables. Según los reportes oficiales más recientes, continúan los monitoreos en puntos críticos de Cuernavaca, Jiutepec y Yautepec, donde el nivel de los ríos sigue en ascenso.