Oposición cuestionada tras asesinato del edil de Uruapan
Eliasib Polanco, dirigente estatal del PRI en Morelos, lamentó el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, y acusó al gobierno federal de minimizar la violencia que atraviesa el país. Sin embargo, su mensaje llegó tarde y desató cuestionamientos sobre la coherencia de la oposición.
Durante la conferencia de prensa semanal del partido, Polanco expresó que “México está de luto” y destacó que la muerte de Manzo “no es una cifra más, sino la pérdida de un hombre con familia que luchó por un país mejor”. El dirigente recordó que el edil fue asesinado mientras participaba en un evento familiar y afirmó que ejercer la política en México se ha vuelto un riesgo constante.
Polanco aseguró que quienes alzan la voz desde la oposición enfrentan tres escenarios: ser encarcelados, asesinados o alcanzar el éxito. Atribuyó este panorama a un gobierno “corrupto e indiferente”. No obstante, su propio actuar generó dudas: si el sentimiento de hartazgo fuera genuino, el posicionamiento habría ocurrido de inmediato, sin esperar instrucciones o cálculos políticos.
El dirigente priista también exhibió un video de la presidenta de la República, en el que —según él— dedicó apenas unos segundos a expresar condolencias y el resto a atacar a la oposición. Sin embargo, su postura resultó contradictoria: mientras exigía empatía al gobierno, él mismo demostró una falta de sensibilidad al convertir la tragedia en un instrumento de confrontación política.
En un país donde los asesinatos de funcionarios y líderes locales se han vuelto cotidianos, la reacción de Polanco evidenció la desconexión de la clase política con el sentir ciudadano. Cuando la indignación nace del dolor real y no del cálculo electoral, las palabras surgen sin demora.
Durante la misma conferencia, Polanco denunció irregularidades dentro de la Confederación Nacional Campesina (CNC). Afirmó que el actual gobierno permitió la creación de una agrupación paralela que copió su nombre y logotipo. También señaló que los productores de caña enfrentan deudas injustas con los ingenios, lo que calificó como un “absurdo que daña al campo mexicano”.
Pese a sus señalamientos, la oposición morelense continúa sin conectar con la ciudadanía. Su discurso aparece solo cuando el contexto lo favorece, reforzando la percepción de que el interés principal no es la justicia ni la seguridad, sino la supervivencia electoral.
El asesinato de Carlos Manzo exhibe una vez más el clima de violencia que atraviesa México, pero también desnuda la falta de empatía y liderazgo de quienes buscan capitalizar el dolor ajeno. Mientras la clase política usa los hechos para acusarse entre sí, la sociedad sigue viviendo bajo el miedo y la impunidad.
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