Inversión en Morelos: entre el discurso y los contratos
El discurso de inversión en Morelos se ha convertido en una constante dentro del gobierno estatal. La gobernadora Margarita González Saravia repite la narrativa de una “nueva etapa industrial” y de una alineación con la Estrategia Nacional de Atracción de Inversiones. Sin embargo, los datos cuentan otra historia: el Centro de Estudios Morelos Rinde Cuentas reportó que la inversión extranjera directa en el primer trimestre de 2025 fue de solo 11.4 millones de dólares, la segunda cifra más baja desde 2006.
El estado no ha registrado nuevas inversiones desde 2023 y, en contraste, empresas emblemáticas siguen cerrando. El caso más visible es Nissan Cuernavaca, cuya salida amenaza con arrastrar a tres proveedores de plásticos que empleaban a más de 500 trabajadores.
El presidente de Coparmex Morelos, Saúl Medina Villagómez, advirtió que la salida de Nissan provocará una reacción en cadena y criticó que el gobierno estatal carece de una estrategia clara para enfrentar la crisis industrial. “No se sabe nada al respecto”, declaró tras el anuncio del cierre.
Aun así, la administración estatal celebró la creación del Comité Promotor de Inversiones y Consultas T-MEC, presentado como una medida histórica. Sin embargo, no existen registros de proyectos concretos derivados de este comité ni de nuevas fuentes de empleo. Los discursos, encabezados por funcionarios del gabinete económico, contrastan con la ausencia de resultados tangibles.
Mientras tanto, el sector empresarial denuncia una concentración de beneficios en grupos cercanos al poder. Entre ellos figuran César Pérez Herrera, integrante del gabinete de González Saravia, y su hermano, quienes, de acuerdo con reportes empresariales, han estado vinculados a inversiones públicas millonarias, particularmente en la construcción del Centro de Convenciones de Cuernavaca.
Casos aislados, como el traslado de operaciones de Impelmex al municipio de Emiliano Zapata, no alcanzan a revertir la pérdida de grandes plantas industriales ni la reducción del empleo formal.
Hoy, Morelos vive una paradoja: mientras el gobierno celebra actos protocolarios y promesas de innovación, el sector privado observa una economía estancada, con cierres, desempleo y beneficios concentrados en pocos nombres ligados al poder político.
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