El Día de Muertos también puede convertirse en un acto de esperanza. Con esa visión, UNICEF impulsa la campaña “Recuérdame ayudando”, que busca transformar una de las tradiciones más profundas de México en una ofrenda viva por las niñas y los niños que enfrentan condiciones de vulnerabilidad.
La iniciativa gira en torno a El Altarcito, una ofrenda virtual creada con dibujos infantiles. Cada donación enciende una vela o agrega una flor digital, simbolizando cómo la memoria y la empatía pueden convertirse en ayuda concreta. Cualquier persona puede participar subiendo un dibujo o realizando una aportación en el portal de la campaña.
El Altarcito de Unicef: una tradición que abraza la solidaridad
Fernando Carrera, representante de UNICEF en México, explicó que el propósito del proyecto es “convertir el recuerdo en esperanza para quienes más lo necesitan”. Los recursos recaudados se destinarán a programas de educación, salud, nutrición, agua limpia y protección infantil, en beneficio de millones de niñas y niños alrededor del mundo.
Durante el fin de semana del 1 y 2 de noviembre, UNICEF participa en diversas actividades culturales. En el Gran Desfile de Día de Muertos en la Ciudad de México, El Altarcito recorrerá Paseo de la Reforma a bordo de un carro alegórico acompañado por estudiantes de la escuela A Favor del Niño y la figura infantil Cositas, símbolo de creatividad y empatía.
Del mismo modo, la instalación estará presente en la Feria de las Calacas en el CENART y en la Universidad Nova Spania de Morelia, donde las familias podrán donar y contribuir al altar digital.
Tradición, memoria y acción por la infancia
Figuras como Claudia Lizaldi, César Costa, Cynthia Alesco y Alfredo Romo se sumaron a la campaña compartiendo recuerdos de quienes les enseñaron a ayudar. Además, UNICEF instaló versiones físicas de El Altarcito en la Ciudad de México, Oaxaca y Morelia, espacios donde la tradición y la solidaridad se unen para recordar y actuar.
Cada dibujo, cada donación y cada gesto solidario forman una ofrenda colectiva que demuestra que recordar también significa proteger el presente y el futuro de la niñez.